Ojalá que te vaya bonito

ojalá que te vaya bonito

7 comentarios en “Ojalá que te vaya bonito

  1. Lo.has hecho otra vez, Perla, hoy es uno de esos días en que mañana curro por la mañana, y ya no podré dormir.

    Uno de ésos.. voy a morir.

  2. José de Espronceda

    Canción del pirata

    Con diez cañones por banda,
    viento en popa, a toda vela,
    no corta el mar, sino vuela
    un velero bergantín.
    Bajel pirata que llaman, 5
    por su bravura, el Temido,
    en todo mar conocido
    del uno al otro confín.

    La luna en el mar rïela,
    en la lona gime el viento, 10
    y alza en blando movimiento
    olas de plata y azul;
    y ve el capitán pirata,
    cantando alegre en la popa,
    Asia a un lado, al otro Europa, 15
    y allá a su frente Stambul:

    «Navega, velero mío,
    sin temor,
    que ni enemigo navío
    ni tormenta, ni bonanza 20
    tu rumbo a torcer alcanza,
    ni a sujetar tu valor.

    Veinte presas
    hemos hecho
    a despecho 25
    del inglés,
    y han rendido
    sus pendones
    cien naciones
    a mis pies. 30

    Que es mi barco mi tesoro,
    que es mi dios la libertad,
    mi ley, la fuerza y el viento,
    mi única patria, la mar.

    Allá muevan feroz guerra 35
    ciegos reyes
    por un palmo más de tierra;
    que yo tengo aquí por mío
    cuanto abarca el mar bravío,
    a quien nadie impuso leyes. 40

    Y no hay playa,
    sea cualquiera,
    ni bandera
    de esplendor,
    que no sienta 45
    mi derecho
    y dé pecho
    a mi valor.

    Que es mi barco mi tesoro,
    que es mi dios la libertad, 50
    mi ley, la fuerza y el viento,
    mi única patria, la mar.

    A la voz de «¡barco viene!»
    es de ver
    cómo vira y se previene 55
    a todo trapo a escapar;
    que yo soy el rey del mar,
    y mi furia es de temer.

    En las presas
    yo divido
    lo cogido 60
    por igual;
    sólo quiero
    por riqueza
    la belleza
    sin rival. 65

    Que es mi barco mi tesoro,
    que es mi dios la libertad,
    mi ley, la fuerza y el viento,
    mi única patria, la mar.

    ¡Sentenciado estoy a muerte! 70
    Yo me río;
    no me abandone la suerte,
    y al mismo que me condena,
    colgaré de alguna entena,
    quizá en su propio navío. 75

    Y si caigo,
    ¿qué es la vida?
    Por perdida
    ya la di,
    cuando el yugo 80
    del esclavo,
    como un bravo,
    sacudí.

    Que es mi barco mi tesoro,
    que es mi dios la libertad, 85
    mi ley, la fuerza y el viento,
    mi única patria, la mar.

    Son mi música mejor
    aquilones,
    el estrépito y temblor 90
    de los cables sacudidos,
    del negro mar los bramidos
    y el rugir de mis cañones.

    Y del trueno
    al son violento, 95
    y del viento
    al rebramar,
    yo me duermo
    sosegado,
    arrullado 100
    por el mar.

    Que es mi barco mi tesoro,
    que es mi dios la libertad,
    mi ley, la fuerza y el viento,
    mi única patria, la mar.» 105

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